Postulación para Galeria Concreta M100 convocatoria 2022


“Volver acá” es un conjunto de cinco piezas de video, realizadas por artistas que son conscientes de la cámara, del medio técnico que los está registrando. Utilizan el medio como extensión de sus campos simbólicos, entienden que el dispositivo de video no es inocuo, no son inocentes, actúan frente al ojo que todo lo ve. Lo hacen como lo han hecho siempre los artistas para abrir horizontes a imágenes que no han sido todavía clisadas por el sentido común, buscan extender las posibilidades de sus cuerpos como una manera de contrarrestar el uso técnico del video, no buscan satisfacer sus identidades si no ponerlas en relación con ese otro espacio, el espacio de más acá.

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Lira popular

El proyecto LIRA POPULAR surge desde la necesidad de levantar testimonios, signos y reflexiones acerca del contexto americano actual, realizando un cruce entre las distintas perspectivas, técnicas y cosmovisiones de cada participante.

Se apropia del acto de transmisión del proyecto homónimo de alto valor literario e historiográfico, que consistía en la creación de pliegos de poesía en décima e ilustrados por grabados, donde se narraban vivencias personales, catástrofes naturales y acontecimientos vinculados al pueblo y a la contingencia.

LIRA POPULAR se presenta en su numeral cero como un dispositivo visual de un impulso nervioso transfronterizo. Revela la recepción de un estímulo convertido en observación para accionar a través de un mensaje gráfico. Un mensaje gráfico que es emitido y redireccionado en este compilado, para que el órgano efector del receptor se ejecute.

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Señales de humo

Uno de los primeros sistemas de comunicación humana fueron las señales de humo – se datan de hace por lo menos 500.000 años-. El fuego que nos protegió de la noche, cocinó los alimentos y abrigó las tribus, terminó siendo el motor de signos efímeros que tenían por objetivo comunicar a largas distancias en territorios de difícil movimiento. Su material, el humo, el signo del fuego ahogado, devino señal, en vocablo compenetrado con el ecosistema -presiones de aire y vientos- . Económico en su empleo e infinito en su léxico, las señales de humo fueron precursora forma de internet, son un manifiesto patente de la necesidad de nuestra especie por llevar su presencia más allá del horizonte inmediato, su condición de generar lenguajes digitales que excedan la mímesis del mundo y puedan circular por él, trascendiendo los impedimentos físicos del cuerpo humano.

En tiempos donde una hebra de ARN, uno de los sistemas de vida biológica más primitiva y peor posicionada en la ridícula tabla de competencia darwiniana, nos ha puesto en jaque, enfrentandonos al encierro para sobrevivir -son miles los que ya no lo han logrado-. El flujo de mercancías globales, servicios transnacionales y el siempre prepotente tráfico aéreo, han sido puesto pies para arriba, por el organismo menos exitoso de la teoría evolutiva, los símbolos del mundo global capitalista, siempre preocupado por el avance y el supuesto progreso infinito, ha recibido una patada de culo proveniente de los albores de la tierra, por parte de los primeros sistemas vivientes que han poblado nuestro planeta.

Es frente a esta realidad de confinamiento, y por la natural necesidad de salir de nuestros reductos físico, que la plataforma editorial TRANS-AMERICA ha invitado a las y los artistas con los que ha trabajado previamente, para generar una transmisión de video-arte.

Consideramos necesario perseverar en el diálogo de signos, de señales como otrora lo hicieran los habitantes de nuestro continente, mantener viva la hoguera de las conversaciones transfronterizas, digitalizando nuestras percepciones, corrompiendo los designios de la materia tangible, transmutando los sentidos en códigos. Códigos que puedan viajar y acoplarse a este nueva ecología planetaria, donde los homosapiens ya no podemos tener la ilusión de ser los reyes del mambo, el león de la selva, el emperador romano pletórico de poder. Códigos que asuman la fragilidad de nuestra vida y proyectos, todos puestos en suspensión o frontalmente extintos.

Esperamos que, al igual que las señales de humo, estas imágenes y sonidos en movimiento, permitan exceder el cuerpo y se acoplen a este nuevo ecosistema que se nos abre con el siglo XXI, uno donde deberemos volver a mirar atrás para poder tener un mañana.